Hace poco más de un año que di el salto a la fotografía digital al comprar la Nikon D80. Me costó decidirme bastante ya que todo lo que leía en foros y revistas sobre si era mejor una cámara analógica o una cámara digital me llevaba a tener más dudas.
Para muchos fotógrafos de naturaleza, las cámaras digitales aun no habían alcanzado la calidad de una buena película de diapositivas, pero la tecnología avanza rápido y ahora se puede decir que la calidad de una buena cámara réflex digital esta casi al nivel de las antiguas cámaras réflex de película y en muchos casos es superior. Sigue habiendo algunos detalles en los que la película sigue siendo mejor, pero en general, la calidad de las fotos sacadas con mi nueva Nikon es excelente.
Hay varias razones por las que decidí comprarme esta cámara y hacer una inversión de mucho dinero, pero que creo que a la larga ha merecido la pena:
- La mayoría de las marcas como Kodak o Fuji empezaban a retirar sus carretes de diapositivas y sólo fabricaban carretes de alta gama para profesionales con el consiguiente aumento de precio. Un Fuji Velvia podía llegar a los 11 €. Esto, unido al revelado posterior, hacía que cada vez que apretaba el disparador de la cámara pensase en dinero.
- Mi amigo Jose se decidió y me enseñó la cámara. A primera vista me pareció muy buena y al ver algunas de las fotos que había hecho me convenció de que la calidad de las fotos tenía un nivel muy alto. El cuerpo de la cámara era robusto, siguiendo los modelos anteriores de Nikon y los menús y su manejo era sencillo. Ya había hecho algunas fotos con la D50 de mi tío y me habían sorprendido gratamente.
- Casi un mes después de comprar la cámara leí un comunicado de Nikon en el que anunciaba que dejaba de fabricar definitivamente cámaras analógicas para centrarse en la tecnología digital y poder competir así con su eterno rival: Canon. Sólo fabricaría algunas cámaras como la F5 para los fotógrafos más nostálgicos. Esto hizo que me sintiera mejor después de comprarla.
En definitiva, aunque a veces echo de menos mi antigua cámara (que ahora adorna una de las estanterías del salón) tengo que reconocer que el cambio me ha gustado. Sin embargo hay algunas cosas que no me acaban de convencer del todo:
- Con las antiguas cámaras de película, tenía la impresión de que la visión del fotógrafo y la técnica influían más en el resultado de las fotos y ahora me da la sensación (aunque puede que sólo sea eso) de que al ser un pequeño ordenador, no deja de ser todo un poco artificial. De todas formas, es un sentimiento que voy superando.
Ahora, para alguien experto en los programas de retoque, es muy fácil manipular las imágenes y convertir una foto normal en una buena foto. Cambios de brillo, contraste, niveles de colores, encuadres,…
- Aunque los objetivos son intercambiables, en el paso de analógico a digital, hay que multiplicar la distancia focal por 1.5 por lo que un angular de 18 mm pasa a ser un objetivo de 28 mm. Y con lo que a mi me gusta el uso de los angulares, mi antiguo objetivo de 19mm lo he perdido. El precio para adquirir uno nuevo para la Nikon D80 ronda los 600 € y es algo que ahora no puedo permitirme.
- Desde hace unos meses el sensor de la cámara (lo que sustituye a la película) tiene más polvo del normal y en las fotos aparecen manchas grises que algunas veces estropean las fotos y te ves obligado a retocar la foto con programas como PhotoShop. La limpieza del sensor es muy delicada y si llegase a estropearse sería como tirar la cámara. Si llevas la cámara a la casa oficial para una limpieza el coste puede ser elevado (alrededor de unos 70 €).
- Te obligas a ver las fotos en la pantalla del ordenador y echo un poco de menos el montar el proyector de diapositivas con la pantalla y ver las fotos a gran tamaño.
Para muchos fotógrafos de naturaleza, las cámaras digitales aun no habían alcanzado la calidad de una buena película de diapositivas, pero la tecnología avanza rápido y ahora se puede decir que la calidad de una buena cámara réflex digital esta casi al nivel de las antiguas cámaras réflex de película y en muchos casos es superior. Sigue habiendo algunos detalles en los que la película sigue siendo mejor, pero en general, la calidad de las fotos sacadas con mi nueva Nikon es excelente.
Hay varias razones por las que decidí comprarme esta cámara y hacer una inversión de mucho dinero, pero que creo que a la larga ha merecido la pena:
- La mayoría de las marcas como Kodak o Fuji empezaban a retirar sus carretes de diapositivas y sólo fabricaban carretes de alta gama para profesionales con el consiguiente aumento de precio. Un Fuji Velvia podía llegar a los 11 €. Esto, unido al revelado posterior, hacía que cada vez que apretaba el disparador de la cámara pensase en dinero.
- Mi amigo Jose se decidió y me enseñó la cámara. A primera vista me pareció muy buena y al ver algunas de las fotos que había hecho me convenció de que la calidad de las fotos tenía un nivel muy alto. El cuerpo de la cámara era robusto, siguiendo los modelos anteriores de Nikon y los menús y su manejo era sencillo. Ya había hecho algunas fotos con la D50 de mi tío y me habían sorprendido gratamente.
- Casi un mes después de comprar la cámara leí un comunicado de Nikon en el que anunciaba que dejaba de fabricar definitivamente cámaras analógicas para centrarse en la tecnología digital y poder competir así con su eterno rival: Canon. Sólo fabricaría algunas cámaras como la F5 para los fotógrafos más nostálgicos. Esto hizo que me sintiera mejor después de comprarla.
En definitiva, aunque a veces echo de menos mi antigua cámara (que ahora adorna una de las estanterías del salón) tengo que reconocer que el cambio me ha gustado. Sin embargo hay algunas cosas que no me acaban de convencer del todo:
- Con las antiguas cámaras de película, tenía la impresión de que la visión del fotógrafo y la técnica influían más en el resultado de las fotos y ahora me da la sensación (aunque puede que sólo sea eso) de que al ser un pequeño ordenador, no deja de ser todo un poco artificial. De todas formas, es un sentimiento que voy superando.
Ahora, para alguien experto en los programas de retoque, es muy fácil manipular las imágenes y convertir una foto normal en una buena foto. Cambios de brillo, contraste, niveles de colores, encuadres,…
- Aunque los objetivos son intercambiables, en el paso de analógico a digital, hay que multiplicar la distancia focal por 1.5 por lo que un angular de 18 mm pasa a ser un objetivo de 28 mm. Y con lo que a mi me gusta el uso de los angulares, mi antiguo objetivo de 19mm lo he perdido. El precio para adquirir uno nuevo para la Nikon D80 ronda los 600 € y es algo que ahora no puedo permitirme.
- Desde hace unos meses el sensor de la cámara (lo que sustituye a la película) tiene más polvo del normal y en las fotos aparecen manchas grises que algunas veces estropean las fotos y te ves obligado a retocar la foto con programas como PhotoShop. La limpieza del sensor es muy delicada y si llegase a estropearse sería como tirar la cámara. Si llevas la cámara a la casa oficial para una limpieza el coste puede ser elevado (alrededor de unos 70 €).
- Te obligas a ver las fotos en la pantalla del ordenador y echo un poco de menos el montar el proyector de diapositivas con la pantalla y ver las fotos a gran tamaño.
A pesar de esto, el cambio me ha gustado y me permite hacer muchas más fotografías de las que hacía antes, lo que también me permite experimentar y aprender. Leí una vez un artículo de un fotógrafo profesional en el que decía que el secreto para hacer buenas fotos es disparar, disparar y seguir disparando
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