Seguramente hicimos el ridículo antes de entrar. Llegamos a la orilla y al acercarnos y ver las olas nos entró bastante "canguis". Eran mucho más grandes de lo que parecían. Vimos dos o tres bajadas de surfistas y las olas parecían duplicarles en tamaño. Hicimos el ridículo ya que tardamos casí 15 minutos en decidirnos. A mi hermano le tiró una de las espumas que llegaban a la orilla y eso que sólo cubría por las rodillas. Al ser un aplaya urbana, había bastante gente sentada viendo a los surfistas. Hicimos el ridículo seguro.
Finalmente nos decidimos a entrar. Desde el agua, mucho más grandes aun. Sólo dos olas cada uno y corriendo a la arena muertos de miedo. Al salir, estaban allí mis padres y mis hermanas. No me quite ni el neopreno para hacer la foto.
Seguramente ahora no sería capaz de entrar en esas condiciones. Aunque me he bañado con olas grandes en Noja, creo que este día ha sido hasta ahora Mi Gran Miércoles.
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